Hace unos meses, se hizo viral el movimiento “Las vidas de las personas negras importan” o en ingles “Black Lives Matters”, que fue iniciado tras una serie de ajusticiamientos que fueron sucediendo a lo largo de los Estados Unidos. El movimiento BLM no solo se ha organizado contra la violencia policial que aterroriza a las comunidades negras, sino que ha expuesto las desigualdades raciales profundamente arraigadas que impregnan todos los aspectos de la sociedad estadounidense sostenida por la supremacía blanca y el estado carcelario.
No obstante, no solo en las calles de nuestro país vemos este tipo de comportamiento donde una persona, ya sea por su color, nacionalidad o raza, se convierte en objetico. Esto también sucede en los lugares de trabajo. Las comunidades de color merecen vivir y trabajar libres de injusticia y violencia racial. Este es un derecho protegido de cada uno de nosotros.
Las protestas que se vieron en verano del 2020, a raíz del movimiento “Black Lives Matters”, llevaron a una protesta nacional por justicia, responsabilidad y liberación. Muchos empleadores también se unieron a esta lucha, adoptando una postura pública contra las injusticias raciales; algunos por primera vez. Los empleadores se vieron obligados a analizarse ellos mismos y enfrentar su participación activa en la opresión sistémica y la injusticia racial. Como resultado, algunos se comprometieron a proporcionar herramientas para identificar y desaprender los prejuicios raciales inconscientes, la diversidad en el lugar de trabajo y establecer mejores prácticas para abordar los incidentes de acoso y discriminación racial.
Si sientes que en tu lugar de trabajo existe la discriminación, de cualquier tipo, contáctanos. Estamos aquí para ti.